El régimen de abstinencia sexual en la pareja
Por Miguel Ángel Pichardo
Reyes
La
histerización sexual en la pareja
En sus estudios sobre la histeria Freud
proponía la hipótesis que en una relación matrimonial era el esposo quién
propiciaba la histeria en su pareja. Esta aseveración resulta muy interesante
para la Sexoenergética Neo-Reichiana, especialmente porque plantea lo que
posteriormente Wilhelm Reich denominará como el matrimonio compulsivo y su
inherente miseria sexual.
De alguna forma Freud se comporta como un
analista social o un antropólogo, pues plantea que la histeria femenina tiene
un origen social: el vínculo matrimonial tradicional, y de forma particular, a
decir de Reich, en los códigos morales que legitiman un orden simbólico
jerárquico dentro de la relación de pareja. Pero aún más, cuando Freud se
refiere a la histerización de la mujer en la relación de pareja, su análisis
permite especificar la fuente de dicha epidemia psíquica: la frustración
sexual. De forma sorpresiva, Freud reconocerá que cuando la represión sexual
masculina opera en la relación de pareja este lleva a un vínculo patológico,
donde la mujer se ve frustrada en sus necesidades libidinales, viendose en la
necesidad de aplazarlas a condición de experimentar una insoportable
insatisfacción que bordea la locura.
La histerización de la pareja se define
por un estilo vincular masculino basado en la distancia, la frialdad, el
control, la falta de pasión, la disminución del erotismo y finalmente la
abstención sexual. Mientras tanto, en la cultura machista, patriracal y sexofóbica,
el masculino tiene la posibilidad de satisfacer su deseo sexual con otras
mujeres u hombres, generando un cerco de pureza sexual alrededor de la pareja
femenina, la cual será revestida de virgen, y posteriormente, de madre. El
retiro de la energía sexual de la pareja establecerá un suerte de abandono
libidinal, una disolución del vínculo erótico-sexual que engendrará un
conflicto altamente patológico en la mujer. La locura histérica, que sería una
locura sexual, es el síntoma de una patología que se gesta en el seno del
modelo de familia.
La
función patológica de la moral sexual religiosa
Reich será implacable con respecto al
origen familiar de esta locura sexual que se manifiesta en la histeria: la moral
sexual religiosa. El operador de dicha moral sexual es el hombre, quién tiene
como mandato inconsciente ser garante de la pureza sexual, imponiendo una serie
de reglas sexuales a la mujer, y en particular al cuerpo sexuado de la mujer.
Esta desexualización del cuerpo femenino lleva necesariamente a una
desvalorización de la energía sexual femenina, culminando en su negación. Toda
negación de la sexualidad es una negación de la vida pulsante en el propio
cuerpo.
Esta desexualización femenina es un requisito
para llevar a cabo el proceso de domesticación de las mujeres. Será necesario
castrar a las mujeres a través del rechazo sexual para generarles un núcleo de
culpa y angustia que disminuya sus capacidades vitales, llevándolas al borde de
la enfermedad y la locura.
El amor romántico es la principal forma
de engaño operado por los hombres y dirigido a las mujeres para atraparlas en
el modo social de disciplinamiento del cuerpo: la familia tradicional. El amor
romántico consiste en anteponer el amor al sexo. Aplazar el sexo a través de
una serie de mediaciones burocráticas que afiancen primero un vínculo amoroso
desexualizado. Quizás la asociación primera con este vínculo desexualizado sea
el de los padres y los hermanos. De alguna forma el amor romántico ubica a sus
operadores en el lugar del amor filial, más que en el amor erótico. La ruptura
de este tabú filial trae consigo la carga culpógena del incesto. Sólo a través
del rito del matrimonio la pareja queda exculpada del incesto inconsciente,
dando lugar a la legalidad del acto sexual, siempre y cuando sea para la
procreación.
que interesante
ResponderEliminarMe ha encantado la forma de expresar el tema sexual y las patologías. Excelente!
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