domingo, 12 de abril de 2020

La insatisfacción sexual de las mujeres


La insatisfacción sexual de las mujeres
Por Miguel Ángel Pichardo Reyes

La moral sexual religiosa es un dispositivo ideológico de extracción de la energía sexual. Tal como se ha presentado históricamente, las normas morales en materia sexual han servido a un orden socioeconómico opresor, caracterizado por el desprecio y odio hacia el cuerpo, la sexualidad y las mujeres. Este orden moral ha propiciado el abuso y la violación sexual a través de una serie de disciplinas (ascética) corporales a los cuales son sometidos los hombres, las cuales tienen consecuencias desastrosas en la constitución sexual del sujeto.

Pero aún más, el orden moral sexual necesita de un ambiente cultural, un terreno fértil donde prosperar, ese terreno fértil lo ha sido, desde hace más de 1,500 años, el cristianismo. Cabe decir que fue el emperador Teodosio I quién diseño una política imperial basada en la represión sexual, como una forma de extirpar en la subjetividad colectiva el orden moral de la sexualidad pagana. Hasta ese momento lo sexual no había estado en el centro de la espiritualidad y las teologías de las primeras comunidades cristianas, muy por el contrario, los temas morales se encontraban supeditados a la solidaridad con los pobres y excluidos, surgidos de una experiencia viva y directa con el arquetipo del Salvador que se presentaba en los múltiples evangelios que circularon durante los tres primeros siglos de la era cristiana.

La década del 1390 fue fundamental en la historia de la sexualidad de Occidente, pues fue ahí donde se implemento un régimen de represión y persecución sexual llevada hasta extremos nunca sospechados. A partir de ese momento la moral sexual teodiseana se incorporó como parte de la teología moral católica, siendo en la actualidad la principal fuente de represión sexual y el origen de una epidemia sexopática que ha devenido en abusos, violaciones, feminicidios y miseria sexual.

Mientras los hombres han sido sujetos de estas políticas de represión sexual religiosa, las mujeres han sido el objeto de dicha represión, esto es, son los hombres quienes tienen el deber divino de reprimir sexualmente a las mujeres para garantizar la pureza moral de la familia, la Iglesia y la sociedad.

Las políticas sexuales que surgieron de aquellas reformas morales de Teodosio I y sus continuadores, lograron anudar la moral sexual religiosa a una moral que disciplinara los cuerpos en el ámbito doméstico. De esta forma la familia se erigió como el principal garante de dicha moral, aplicando una serie de dispositivos educativos y sancionadores que durante más de 1,500 años han moldeado nuestra subjetividad colectiva.

Los efectos debastadores y perversos de dicha moral se han dejado ver de a apoco, especialmente por una serie de movimientos sociales que han visibilizado la negatividad ética de un orden social e institucional injusto, que atenta en contra de la propia vida pulsional del cuerpo. Aunque la política sexual se imponga desde los aparatos ideológicos, es la familia donde opera dicha política sexual, de forma particular a través de la educación moral que se ejerce sobre los cuerpos sexuados de sus integrantes.

La familia son los ojos ideológicos del gran Otro que se inmiscuye en los asuntos privados y personales de la familia. La visión de un Dios todo poderoso, creador de todo lo visible y lo invisible, que todo lo ve, lo juzga, lo condena y lo castiga, se establece como una estructura superyóica y paranoica que opera biológicamente a través de la inhibición, mecanismo al cual también estará sometido el psiquismo, productor del lo inconsciente reprimido.

El objeto de esta triada tiránica: política sexual, familia autoritaria, educación moral, será el cuerpo femenino, pues es el garante patriarcal del patrimonio, en este caso, de la descendencia a través de la cual podrá heredarse la propiedad privada, garantizando la sobrevivencia genealógica del clan. El tema con todo esto es la negatividad intrínseca de esta triada perversa; la sumisión sexual de las mujeres. La paradoja que evidencia esto consiste en la doble moral sexual, pues mientras se exhibe la pureza sexual de las mujeres de la familia, a su vez se abusa sexualmente de ellas en el seno del secreto familiar.

Wilhelm Reich dirá que la represión sexual tiene como objetivo formar sujetos sumisos y obedientes, esto es, procurar la inducción de ciertos rasgos masoquistas en la población. Esta sumisión sexual es lo que las feministas han denunciado como un orden patriarcal de dominación sexual. La propuesta feminista y también freudomarxista neoreichiana consiste en la emancipación sexual de los cuerpos femeninos.

Desde un punto de vista psicosocial, la represión sexual femenina ha traído consigo una serie de problemas emocionales, mentales y sexuales que se han convertido en una pandemia sexopática: traumas sexuales, represión, odio sexual, insatisfacción, culpa, vergüenza, suicidios, autolesiones, baja autoestima, anorexia y bulimia, entre otros.

Ya Wilhelm Reich anunciaba lo que en la actualidad la Psicoterapia Analítica Neoreichiana propone como una terapéutica sexual basada en la emancipación de la moral sexual religiosa. Esto ha sido sumamente difícil en nuestra sociedad, puesto que los modelos tradiciones de familia autoritaria siguen estando vigentes, contando con todo el apoyo ideológico de grupos conservadores y fascistas.

Muchas mujeres descubren este tipo de sufrimiento subjetivo en su corporalidad sexuada a partir de la socialización de su sexualidad. La escucha de insatisfacción y satisfacción sexual de otras mujeres les ha permitido evaluar su condición sexual, muchas veces invisibilizada y normalizada por un discurso masculino acusador, ya sea por una pobre potencia sexual masculina, ya por un régimen de abstinencia sexual autoimpuesta. Esta socialización ha llevado a muchas mujeres a realizar una lucha sexual, pues se dan cuenta de que en ellas reside una potencia orgásmica hasta ahora culposamente resguardada.

El hecho de que las mujeres hayan logrado identificar la fuente externa de su malestar, desideologizando la patologización normativa de la psiquiatría y psicologías a-críticas, ha posibilitado la emergencia de una búsqueda colectiva del eterno femenino proyectado en el arquetipo liberador de la Diosa y sus cultos lunares de fertilidad.

El reto psicoterapéutico consiste, a decir de Wilhelm Reich, en superar la moral sexual religiosa. Esto resulta doblemente problemático si consideramos que las creencias religiosas a través de las cuales se vehiculiza la represión sexual sigue siendo el mecanismo generalizado de educación familiar. En este sentido se explicita la antinomia que genera conflictos y culpas en las mujeres: ¿cómo seguir creyendo en un Dios y una Iglesia que atenta en contra de mi misma naturaleza? ¿cómo es posible sostener una serie de creencias que me llevan a la automutilación, la condena espiritual y la degradación moral? ¿qué es esta suerte de castigo el haber nacido mujer con un cuerpo sexuado? ¿será posible la redención desde este mismo horizonte religioso o se podrá superar?

La Psicoterapia Analítica Neoreichiana, intrínsecamente Sexoenergética, responde a este conjunto de preguntas de forma afirmativa; sí es posible superar la moral sexual religiosa. Es posible mediante un acto político fundamental: el ateísmo marxista. De acuerdo a la interpretación de Enrique Dussel, el ateísmo marxista no es un ateísmo a secas, muy por el contrario, el ateísmo marxista propone dejar de creen en el dios de los opresores, una suerte de ateísmo de la religión de Estado o del Imperio. Recordemos que los primeros cristianos fueron acusados de ateísmo por no rendir culto a los dioses del Imperio.


El acto radical no es tanto dejar de creer en Dios para sumergirse en un nihilismo, sino en negar la existencia del dios del Imperio, el Estado y la Iglesia, de tal forma que la represión sexual que se articula en sus creencias deje de tener eficacia. En este sentido podemos hablar de un ateísmo terapéutico, un acto político de desobediencia de las fuentes morales que oprimen la sexualidad.

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